Archive for noviembre 2015
Behobia/SS - Nuevo video de entrada en Meta de los Xixón Runners
Tenemos un nuevo video con el instante de la Llegada de los "Xixón Runners" en la Behobia/SS 2015 desde las diferentes cámaras de meta.
Salimos Juntos... Llegamos Juntos!!!
Un Equipo... Una Familia!!!
Salimos Juntos... Llegamos Juntos!!!
Un Equipo... Una Familia!!!
Crónica BEHOBIA -SAN SEBASTIÁN 2015
Cuando comienza el año, uno hace unas promesas y se marcan objetivos. Mi objetivo "deportivo" sería correr la 51 B/SS. A priori un objetivo difícil y casi inalcanzable por su distancia, 20 Km, como por su dureza.
Estaba claro que necesitaba en apoyo a gente más acostumbra a este tipo de carreras, y como no, mis compañeros, los Xixón Runners, me lo iban a ofrecer.
Por el mes de Abril, hacemos la inscripción, la suerte ya estaba echada, ahora solo falta entrenar y aumentar en número e intensidad mis entrenamientos. Somos 9 los Xixón Runners que nos apuntamos a esta carrera, Rubén, Raúl, Cefe, David, Isma, Franox, Sergi, Samu y Luis. Nuestra experiencia en este tipo de carreras era muy dispar, el único que aun no había disputado ninguna había sido yo, por lo que según se acercaba el momento, mis nervios eran muy evidentes.
Después de tener mucha suerte y que las lesiones nos respetaran, los ocho afrontábamos por fin, la semana de la carrera. El sábado por la mañana, partimos de nuestra "tierrina" con muchas ganas de, por lo menos pasar un fin de semana con nuestras parejas, disfrutando de una de nuestras aficiones. Llegamos a San Sebastián, donde lo primero de todo nos dirigimos a recoger los dorsales, el ambiente que se respira, ya es especial, puesto que ves a mucha gente de distintos sitios de España que nos juntamos para formar parte de esta gran carrera.
Ahora toca encontrar el hotel y disfrutar un poco del grupo antes del gran día.
Nos levantamos a las 7:00 de la mañana, toca madrugar para desayunar y después coger el tren dirección a Behobia, una hora de trayecto donde fuimos compartiendo impresiones con otros corredores que allí íbamos coincidiendo. Cada vez los nervios eran más evidentes pero las muestras de apoyo me hacían fuerte. Hacía mucho calor, lo llevaban avisando toda la semana, mucha hidratación y no forzar.
Llegada a Behobia, nunca antes había visto tantos corredores juntos, colas para ir a los servicios, mucha gente calentando y sobre todo, mucha cara de felicidad, la cual según pasaran los kms., irían desapareciendo. Como yo tenía la salida en el último cajón, todos decidimos ir juntos aunque nuestro nivel era muy distinto, pero era una carrera de disfrutarla no de sufrirla, decían...
Vemos la pancarta de 11.35 y nos colocamos detrás de ella, vamos caminando hacía la salida. Fotos, música, speakers... ambientazo, muchos selfies y con muchas ganas de comenzar.
Arranca la carrera, todos juntos, vamos adelantando posiciones. El ambiente, simplemente espectacular, la gente disfrutando y la gente animando sin parar, ¡¡¡AUPA!!! Vamos haciendo kms., las piernas de momento nos responden como esperamos...circuito muy exigente desde el principio, en el Km 3, había gente que ya iba andando.
llegamos al km 5, cuando tenemos el primer contratiempo, en el avituallamiento me dan un golpe en mi rodilla, sigo corriendo pero me duele mucho, gracias a Cefe que me da un gel frio, lo unto y seguimos adelante. Ahora toca recuperar un poco de tiempo e intentar pillar a mis otros compañeros, rápidamente se van descolgando y muy pronto volvemos a ir juntos de nuevo.
Seguimos sumando kms...la gente no para de animar pero el calor ya va haciendo su efecto. Km 10, mi rodilla va dolorida y tengo que bajar un poco el ritmo. Les comento a mis compañeros que vayan hacia adelante, que yo iré poco a poco, pero no me dejan solo. Km13, mis piernas responden más o menos, pero la cabeza me dice, " tranquilo, quedan aún 7 kms.", y me acojoné...pienso que no voy a llegar y me fastidia por mis compañeros, a los cuales les estoy siendo un lastre y no pueden disfrutar de la carrera como se lo merecen. Se quedan conmigo Cefe y Samu, que no se pueden imaginar la gran ayuda que me ofrecieron. Llegamos al km16, el más duro de la prueba, alto de Miracruz, subida de casi 1 km en donde mis piernas me decían que fuera más despacio si quería llegar a meta. El ultimo tramo lo hice andando pero siempre escuchando a Cefe diciendo, "andando como en un trail, los siguientes 3 kms. apretamos y adelantamos", pues dicho y hecho, descendiendo fuimos cogiendo a corredores, un poco más allá, esperándonos, Rubén, Sergi, David y Raúl, buff, pensé. “que grandes, dijeron que entraríamos todos juntos y así lo quieren hacer". Esos dos últimos kms., fue para mi, el verdadero homenaje, feliz porque ya sabia que la iba a acabar y escoltado por un gran grupo de compañeros. La gente no paraba de animarnos, chapó por la gente de San Sebastián, y ya enfocamos la recta de meta, muy larga y se te hace interminable pero ya lo tienes, mi primera Behobia y disfrutándolo. Mención especial a nuestras parejas por el apoyo dado durante la preparación como durante el día de la carrera. Al final paramos el crono en 2:05:48, pero sinceramente, en este caso el tiempo es lo de menos.
Me marcho muy contento por terminar mi primera Behobia, pero triste por la muerte de un corredor de 31 años por una parada cardiorrespiratoria, D.E.P.
Respecto a las criticas recibidas a la organización decir que bajo mi punto de vista, algo exageradas, verdad que en los avituallamientos no había suficiente agua, alguna gominola o fruto seco no estaría de más, la bolsa de corredor, para los 45 euros que cobran de inscripción, un poco pobre, pero también decir, que las asistencias médicas no pararon de funcionar, había un número muy elevado de ambulancias, y el trabajo de los voluntarios, chapó.
Si te gustó la crónica puedes dar me gusta a nuestra página de Facebook: Xixon Runners, twitter: @Xixonrunners, leer nuestras próximas crónicas en la dirección web: www.blogspot.xixonrunners.com o ver nuestras fotos en Instagram: Xixon_runners
Texto: Luis Antonio Rodríguez Bermúdez
Fotos: © Xixón Runners
Estaba claro que necesitaba en apoyo a gente más acostumbra a este tipo de carreras, y como no, mis compañeros, los Xixón Runners, me lo iban a ofrecer.
Por el mes de Abril, hacemos la inscripción, la suerte ya estaba echada, ahora solo falta entrenar y aumentar en número e intensidad mis entrenamientos. Somos 9 los Xixón Runners que nos apuntamos a esta carrera, Rubén, Raúl, Cefe, David, Isma, Franox, Sergi, Samu y Luis. Nuestra experiencia en este tipo de carreras era muy dispar, el único que aun no había disputado ninguna había sido yo, por lo que según se acercaba el momento, mis nervios eran muy evidentes.
Después de tener mucha suerte y que las lesiones nos respetaran, los ocho afrontábamos por fin, la semana de la carrera. El sábado por la mañana, partimos de nuestra "tierrina" con muchas ganas de, por lo menos pasar un fin de semana con nuestras parejas, disfrutando de una de nuestras aficiones. Llegamos a San Sebastián, donde lo primero de todo nos dirigimos a recoger los dorsales, el ambiente que se respira, ya es especial, puesto que ves a mucha gente de distintos sitios de España que nos juntamos para formar parte de esta gran carrera.
Ahora toca encontrar el hotel y disfrutar un poco del grupo antes del gran día.
Nos levantamos a las 7:00 de la mañana, toca madrugar para desayunar y después coger el tren dirección a Behobia, una hora de trayecto donde fuimos compartiendo impresiones con otros corredores que allí íbamos coincidiendo. Cada vez los nervios eran más evidentes pero las muestras de apoyo me hacían fuerte. Hacía mucho calor, lo llevaban avisando toda la semana, mucha hidratación y no forzar.
Llegada a Behobia, nunca antes había visto tantos corredores juntos, colas para ir a los servicios, mucha gente calentando y sobre todo, mucha cara de felicidad, la cual según pasaran los kms., irían desapareciendo. Como yo tenía la salida en el último cajón, todos decidimos ir juntos aunque nuestro nivel era muy distinto, pero era una carrera de disfrutarla no de sufrirla, decían...
Vemos la pancarta de 11.35 y nos colocamos detrás de ella, vamos caminando hacía la salida. Fotos, música, speakers... ambientazo, muchos selfies y con muchas ganas de comenzar.
Arranca la carrera, todos juntos, vamos adelantando posiciones. El ambiente, simplemente espectacular, la gente disfrutando y la gente animando sin parar, ¡¡¡AUPA!!! Vamos haciendo kms., las piernas de momento nos responden como esperamos...circuito muy exigente desde el principio, en el Km 3, había gente que ya iba andando.
llegamos al km 5, cuando tenemos el primer contratiempo, en el avituallamiento me dan un golpe en mi rodilla, sigo corriendo pero me duele mucho, gracias a Cefe que me da un gel frio, lo unto y seguimos adelante. Ahora toca recuperar un poco de tiempo e intentar pillar a mis otros compañeros, rápidamente se van descolgando y muy pronto volvemos a ir juntos de nuevo.
Seguimos sumando kms...la gente no para de animar pero el calor ya va haciendo su efecto. Km 10, mi rodilla va dolorida y tengo que bajar un poco el ritmo. Les comento a mis compañeros que vayan hacia adelante, que yo iré poco a poco, pero no me dejan solo. Km13, mis piernas responden más o menos, pero la cabeza me dice, " tranquilo, quedan aún 7 kms.", y me acojoné...pienso que no voy a llegar y me fastidia por mis compañeros, a los cuales les estoy siendo un lastre y no pueden disfrutar de la carrera como se lo merecen. Se quedan conmigo Cefe y Samu, que no se pueden imaginar la gran ayuda que me ofrecieron. Llegamos al km16, el más duro de la prueba, alto de Miracruz, subida de casi 1 km en donde mis piernas me decían que fuera más despacio si quería llegar a meta. El ultimo tramo lo hice andando pero siempre escuchando a Cefe diciendo, "andando como en un trail, los siguientes 3 kms. apretamos y adelantamos", pues dicho y hecho, descendiendo fuimos cogiendo a corredores, un poco más allá, esperándonos, Rubén, Sergi, David y Raúl, buff, pensé. “que grandes, dijeron que entraríamos todos juntos y así lo quieren hacer". Esos dos últimos kms., fue para mi, el verdadero homenaje, feliz porque ya sabia que la iba a acabar y escoltado por un gran grupo de compañeros. La gente no paraba de animarnos, chapó por la gente de San Sebastián, y ya enfocamos la recta de meta, muy larga y se te hace interminable pero ya lo tienes, mi primera Behobia y disfrutándolo. Mención especial a nuestras parejas por el apoyo dado durante la preparación como durante el día de la carrera. Al final paramos el crono en 2:05:48, pero sinceramente, en este caso el tiempo es lo de menos.
Me marcho muy contento por terminar mi primera Behobia, pero triste por la muerte de un corredor de 31 años por una parada cardiorrespiratoria, D.E.P.
Respecto a las criticas recibidas a la organización decir que bajo mi punto de vista, algo exageradas, verdad que en los avituallamientos no había suficiente agua, alguna gominola o fruto seco no estaría de más, la bolsa de corredor, para los 45 euros que cobran de inscripción, un poco pobre, pero también decir, que las asistencias médicas no pararon de funcionar, había un número muy elevado de ambulancias, y el trabajo de los voluntarios, chapó.
Si te gustó la crónica puedes dar me gusta a nuestra página de Facebook: Xixon Runners, twitter: @Xixonrunners, leer nuestras próximas crónicas en la dirección web: www.blogspot.xixonrunners.com o ver nuestras fotos en Instagram: Xixon_runners
Texto: Luis Antonio Rodríguez Bermúdez
Fotos: © Xixón Runners
Crónica III Trail Tierras Pésicas
UN NUEVO RETO … ¡¡¡ CONSEGUIDO !!!
El Pasado domingo día 8 afrontábamos un nuevo desafío con el que cerrar este año cargado de kilómetros y de pruebas un tanto anodinas en cuanto a registros y sensaciones con el III Trail Tierras Pésicas que se celebró en Cangas del Narcea.
La temporada, trazada con el año natural, concluye con este reto que sería la mayor carrera de montaña y la más “tocha” en cuanto a desnivel. Entre los “¿A dónde vas? ¿No será mucho pa ti?” y los “Ye muy corredera, en nada ya estás en la meta” quise situar un término medio aunque lo más sensato lo acercaba a la primera afirmación que a la 2ª. Eso, unido, a una incipiente molestia en el pie derecho que me acompañó todo el mes de octubre y el escaso monte que pisamos esta 2ª parte del año reforzaban esa afirmación.
Allá por el mes de marzo concurrí a la corta de la Carrera Puerta de Muniellos en Moal y me quedé con la cosa de “Venir hasta esta maravilla como es Cangas pa correr una hora?”… Era como que no había merecido la pena, había que ir a por más. Quedaban las Pésicas.
La estructura de este final de temporada tenía como meta la conclusión de esta prueba de una manera más o menos “presentable” y, bueno, a grandes rasgos y en resumen, se podría decir que se cumplió aunque con muchísimos matices que se podrán leer en la crónica. Un par de subidas al Pienzu, prácticas por Deva y un par de “Soles” eran el escaso bagaje con el que concurríamos en el Suroccidente asturiano para acometer esta carrera.
Con todos esos condicionantes, con unas previsiones de tiempo formidables nos presentamos en Cangas para el training camp en su jornada de tarde. Una charla de nutrición y un documental con entrevistas a Peque, Alba García y Marcos Verano, 3 historias de superación personal. Una pena el sonido del vídeo que nos privó de una atención más correcta a lo que nos tenían que contar, sobre todo el primero.
Y llegaba el primer contratiempo de la jornada. El aumento en el kilometraje. Es quizás, el único pero que se le puede poner a una excelente organización por parte de Daniel Cuervo, un tío que lleva el peso total de la organización, ni un Club, ni una asociación, no… Dani, faltan palabras para definir su dedicación y su trabajo para que salga adelante un Trail con esta calidad y estos valores añadidos que tienen las Pésicas. En un principio el cartel publicitaba 21 kms con 2000 metros aprox. De desnivel acumulado. Lo cierto es que la cifra rondó los 25 y los 1400 positivos. Una propina que a mi juicio es demostradamente considerable pero que no empaña un fin de semana fantástico de monte, compañerismo y trail.
Así llegamos al domingo. ¡ Qué ambientazo ! Una simple mirada por la ventana del Hotel hace que veas las típicas indumentarias de los corredores por montaña, bastones, mochilas, gente y más gente, unos 400 inscritos que se dividían en la carrera Speed Trail de 9.700 metros y los cerca de 25 kilómetros del Trail. Saludos, fotos de rigor y al tajo. Como no, en Cangas, un volador da la salida a la carrera.
Me acompaña Nacho Sastre que hace su debut con la camiseta del equipo, la mayor parte del equipo está en Donosti compitiendo en la B/SS y nosotros estamos aquí. Particularmente agradezco a Nacho que venga porque sale de una lesión y quizás no esté al 100%, además es un tío al que el monte y el trail son un terreno en el que va a destacar a poco que le dedique un poco de entrenamiento.
Nada más salir ya empiezan los primeros miedos y los primeros malestares. Hay algo en los comienzos de carrera que no me va nada bien y que solo logré controlar en Balmori, las pulsaciones. Noto que voy altísimo y que no logro bajar. Empiezan a pasarnos corredores, cada vez más y más, así que Nacho tira p’alante, no es lógico que me acompañe porque literalmente “no voy”.
En el kilómetro 4 aproximadamente llega una especie de “mazazo” del cual no me iba a recuperar en el resto de la carrera, me quedo solo con Miguel, la persona que hace de cierre de la carrera. Imaginad la situación, me quedan 20 kilómetros por el monte con el cierre y nadie por delante a la vista. El camino tira para arriba y no puedo más, la cuesta se hace empinada y las piernas no van. En torno al 7 me pasa Martín A. Espinar que vuela para ganar “la corta”… en ese momento se me pasa por la cabeza llegar a Cangas a la meta del 10 y quedarme allí. ¿Qué va a pasar? Pues nada, un fracaso… creo que esta carrera no está hecha para mí, que es demasiado desnivel y demasiada distancia. Dice un buen amigo cada vez que le hablo de carreras de montaña y que me ha visto correr y entrenar que no sufro y que sin sufrir un poco siempre voy a estar jodido. Otro amigo me dice que no se puede ir a correr al monte entrenando en el asfalto o en el fluvial.
Todo eso se va pasando por la cabeza mientras bajo hasta Cangas. Llegaré, beberé algo y me voy a la ducha. Probablemente lo mandaré todo a tomar por el culo y volveré al pádel o al tenis o dar paseos por la playa. Esto no es para ti, hazte a la idea, no sabes sufrir y entrenas en el Fluvial para correr 25 kms por el monte y subir a 1400 metros. Pírate pa casa y admite esto como un percance y un final.
Pero… ¡ qué cojones ! ¿Por qué? Venía de leer en nuestro grupo de Whatsapp la frase “Nunca, no puedo” así que bebo un poco en la meta y sigo. Es cierto que no sé verdaderamente para qué sigo porque en una carrera de la Copa o en otro tipo de carrera probablemente iba a llegar fuera de control, es más, en el 10 ya estaría fuera por el crono. Venga, seguimos. Con Miguel, el cierre, mi compañero durante el 90% de la carrera.
La subida al Acebo merece un capítulo aparte. 5 kms apabullantes donde empiezo con medio bastón roto y el otro a punto de romper. A subir. No tengo piernas y no puedo más pero la idea de abandonar se me va de la cabeza. Miro al cierre y le pregunto cosas sobre la carrera y principalmente con el tiempo que vamos a echar en llegar hasta 1200 metros desde 600 en 4 kilómetros anticipándole que van a ser muchos minutos, pero muchos…. Muchos y que son las 12:00 de la mañana, él me mira con resignación y me anima.
Subimos, no sé como pero subimos. Bastón al pie contrario y pasos, bueno pasos por llamarlo de alguna manera. Alguna que otra parada y en un momento dado empiezo a coger algo que se puede llamar “ritmo” o “cadencia” que llevo hasta el 13. Nada más lejos, quedan 2 kms hasta el Santuario que se me van a hacer eternos. El caso es que llego, no sé como, pero llego al Acebo. Avituallamiento y son las 13:15… ¿y ahora qué? Porque faltan 10 kms, macho.
Pues a bajar, qué remedio. A ver si cojo alguna que otra sensación ya no voy a decir buena, sino mediocre. Qué pifia de carrera estoy haciendo. Ya sé que en esto del trail, el desempeño deportivo y los tiempos no se mira, pero siempre queda en mi época de “deportista” un resquicio para fijarme en estos detalles… Voy a llegar con el cierre, último, con un tiempo que va a superar con creces las 4 horas y que es muy superior a los de ediciones anteriores.
Empezamos a bajar y se me nubla la mente, las piernas no van y me come la cabeza el tiempo. El cierre va cantando los lugares que atravesamos y recogiendo las cintas. De verdad, jamás me imaginé una situación así. En 2014 casi me muero en La Mudrera y llegué 3º por la cola y aquí es que voy jodidísimo.
A eso del 18 más o menos, 19 voy cogiendo algo de ritmo y me pongo a “correr”… ya son cerca de las 2 de la tarde y no me queda agua. Voy roto, literalmente roto. No puedo correr más de 200 metros seguidos y ya me paro hasta bajando. Yo no sé realmente lo que me está llevando a la meta porque ni siento ni padezco.
Sobre el 21 más o menos pasamos lo peor del recorrido y entramos en el Paseo del Vino, los últimos 3 kilómetros de la carrera es donde alcanzo a Yoli. Es su primer Trail gordo y hemos estado en contacto para prepararlo e intercambiar impresiones. Vamos a hacer ese último tramo juntos y que el chip diga lo que tenga que decir. Uno será último y el otro penúltimo… es lo que hay. Vamos guardando algo de fuerzas para el final así que arribamos a Cangas.
Un puente y la cuesta “Arrastraculos” nos espera. Es el final. Se acaba esta agonía a las 14:30 de la tarde del domingo 8 de noviembre. Una agonía que finalizó por haberle echado un par de huevos y por no rendirme, por no rendirme jamás porque todos los entrenadores que tuve a lo largo de mis innumerables deportes me enseñaron a eso.
Quiero reseñar un hecho que fue un soplo de buen rollo y compañerismo que no olvidaré. A la entrada en meta, estaba Martín A. Espinar estirando. Un tío que está ganándolo todo, que sale casi a victoria por semana me da la mano y me da la enhorabuena. El más rápido felicitando al más lento. Esto es lo que tienen las carreras de montaña. ¡¡Qué grande eres Espinar!!
Nacho ha entrado por la mitad del pelotón con unas sensaciones que tampoco han sido excesivamente buenas y ha sufrido de lo lindo. Enhorabuena.
Y aquí finaliza esta historia de superación que llevamos a cabo en Cangas del Narcea. De camino a Gijón se van disipando algunas dudas y voy adquiriendo constancia de lo que he hecho. Paro a estirar las piernas y en mi móvil no hay más que mensajes de enhorabuena, especial el de Nico de las Heras, un viejo amigo que pasados los 50 tacos tiene maratones y Ultra Trails a sus espaldas, compañeros de equipo, de curro y familiares. Si al acabar Balmori dije que cualquiera lo puede hacer, quizás esta prueba no todo el mundo estaría capacitado para acabar, no en vano hubo algún que otro abandono más la gente que, lejos de lo que es la mera competición, optó por la carrera corta.
Puede que sea verdad, ha merecido la pena. Go!
ÉXITO DE PÚBLICO y PARTICIPACIÓN EN EL III TRAIL TIERRAS PÉSICAS.
3ª edición de este certamen que contó con un Training Camp en la tarde del sábado como valor añadido a la competición y que tuvo una buena afluencia de público, especialmente con la proyección del documental “A corazón abierto”.
Se celebró esta prueba que contó con dos carreras, una “corta” de 9,7 Kms en forma de V invertida que fue ganada brillantemente por Martín Álvarez Espinar del Piloña Deporte con un registro estratosférico de poco más de 41 minutos sacando casi 4 segundos al local del Mueve-t, Rubén Álvarez mientras que en féminas, la corredora del Team Taxus Lorena Aumente se llevaba el triunfo con 1:03:50.
El Trail propiamente dicho constaba de 25 Kms con un desnivel acumulado cercano a los 2700 metros. Especialmente reseñable la subida al Santuario del Acebo y la bajada técnica por el bosque de castaños a la que hay que unir los 9 primeros kilómetros de la carrera corta. Un brillante Vitorín Fernández del Land le sacaba en meta más de 6 minutos al ganador del Trail Villa de Gijón de este año, Borja Navia de la A.D. Moal. En categoría femenina Rosa Ana Álvarez Fidalgo se hizo con la victoria en la línea de meta.
Con la comida de confraternización y la entrega de premios finalizó esta carrera que busca hacerse un hueco entre los trails reconocidos de la región y que sale adelante gracias a la labor encomiable de Daniel Cuervo, auténtico artífice de su celebración.
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Texto: Toni Berges
Fotos: © Marisol Azcárate y Luis Ardura
El Pasado domingo día 8 afrontábamos un nuevo desafío con el que cerrar este año cargado de kilómetros y de pruebas un tanto anodinas en cuanto a registros y sensaciones con el III Trail Tierras Pésicas que se celebró en Cangas del Narcea.
La temporada, trazada con el año natural, concluye con este reto que sería la mayor carrera de montaña y la más “tocha” en cuanto a desnivel. Entre los “¿A dónde vas? ¿No será mucho pa ti?” y los “Ye muy corredera, en nada ya estás en la meta” quise situar un término medio aunque lo más sensato lo acercaba a la primera afirmación que a la 2ª. Eso, unido, a una incipiente molestia en el pie derecho que me acompañó todo el mes de octubre y el escaso monte que pisamos esta 2ª parte del año reforzaban esa afirmación.
Allá por el mes de marzo concurrí a la corta de la Carrera Puerta de Muniellos en Moal y me quedé con la cosa de “Venir hasta esta maravilla como es Cangas pa correr una hora?”… Era como que no había merecido la pena, había que ir a por más. Quedaban las Pésicas.
La estructura de este final de temporada tenía como meta la conclusión de esta prueba de una manera más o menos “presentable” y, bueno, a grandes rasgos y en resumen, se podría decir que se cumplió aunque con muchísimos matices que se podrán leer en la crónica. Un par de subidas al Pienzu, prácticas por Deva y un par de “Soles” eran el escaso bagaje con el que concurríamos en el Suroccidente asturiano para acometer esta carrera.
Con todos esos condicionantes, con unas previsiones de tiempo formidables nos presentamos en Cangas para el training camp en su jornada de tarde. Una charla de nutrición y un documental con entrevistas a Peque, Alba García y Marcos Verano, 3 historias de superación personal. Una pena el sonido del vídeo que nos privó de una atención más correcta a lo que nos tenían que contar, sobre todo el primero.
Y llegaba el primer contratiempo de la jornada. El aumento en el kilometraje. Es quizás, el único pero que se le puede poner a una excelente organización por parte de Daniel Cuervo, un tío que lleva el peso total de la organización, ni un Club, ni una asociación, no… Dani, faltan palabras para definir su dedicación y su trabajo para que salga adelante un Trail con esta calidad y estos valores añadidos que tienen las Pésicas. En un principio el cartel publicitaba 21 kms con 2000 metros aprox. De desnivel acumulado. Lo cierto es que la cifra rondó los 25 y los 1400 positivos. Una propina que a mi juicio es demostradamente considerable pero que no empaña un fin de semana fantástico de monte, compañerismo y trail.
Así llegamos al domingo. ¡ Qué ambientazo ! Una simple mirada por la ventana del Hotel hace que veas las típicas indumentarias de los corredores por montaña, bastones, mochilas, gente y más gente, unos 400 inscritos que se dividían en la carrera Speed Trail de 9.700 metros y los cerca de 25 kilómetros del Trail. Saludos, fotos de rigor y al tajo. Como no, en Cangas, un volador da la salida a la carrera.
Me acompaña Nacho Sastre que hace su debut con la camiseta del equipo, la mayor parte del equipo está en Donosti compitiendo en la B/SS y nosotros estamos aquí. Particularmente agradezco a Nacho que venga porque sale de una lesión y quizás no esté al 100%, además es un tío al que el monte y el trail son un terreno en el que va a destacar a poco que le dedique un poco de entrenamiento.
Nada más salir ya empiezan los primeros miedos y los primeros malestares. Hay algo en los comienzos de carrera que no me va nada bien y que solo logré controlar en Balmori, las pulsaciones. Noto que voy altísimo y que no logro bajar. Empiezan a pasarnos corredores, cada vez más y más, así que Nacho tira p’alante, no es lógico que me acompañe porque literalmente “no voy”.
En el kilómetro 4 aproximadamente llega una especie de “mazazo” del cual no me iba a recuperar en el resto de la carrera, me quedo solo con Miguel, la persona que hace de cierre de la carrera. Imaginad la situación, me quedan 20 kilómetros por el monte con el cierre y nadie por delante a la vista. El camino tira para arriba y no puedo más, la cuesta se hace empinada y las piernas no van. En torno al 7 me pasa Martín A. Espinar que vuela para ganar “la corta”… en ese momento se me pasa por la cabeza llegar a Cangas a la meta del 10 y quedarme allí. ¿Qué va a pasar? Pues nada, un fracaso… creo que esta carrera no está hecha para mí, que es demasiado desnivel y demasiada distancia. Dice un buen amigo cada vez que le hablo de carreras de montaña y que me ha visto correr y entrenar que no sufro y que sin sufrir un poco siempre voy a estar jodido. Otro amigo me dice que no se puede ir a correr al monte entrenando en el asfalto o en el fluvial.
Todo eso se va pasando por la cabeza mientras bajo hasta Cangas. Llegaré, beberé algo y me voy a la ducha. Probablemente lo mandaré todo a tomar por el culo y volveré al pádel o al tenis o dar paseos por la playa. Esto no es para ti, hazte a la idea, no sabes sufrir y entrenas en el Fluvial para correr 25 kms por el monte y subir a 1400 metros. Pírate pa casa y admite esto como un percance y un final.
Pero… ¡ qué cojones ! ¿Por qué? Venía de leer en nuestro grupo de Whatsapp la frase “Nunca, no puedo” así que bebo un poco en la meta y sigo. Es cierto que no sé verdaderamente para qué sigo porque en una carrera de la Copa o en otro tipo de carrera probablemente iba a llegar fuera de control, es más, en el 10 ya estaría fuera por el crono. Venga, seguimos. Con Miguel, el cierre, mi compañero durante el 90% de la carrera.
La subida al Acebo merece un capítulo aparte. 5 kms apabullantes donde empiezo con medio bastón roto y el otro a punto de romper. A subir. No tengo piernas y no puedo más pero la idea de abandonar se me va de la cabeza. Miro al cierre y le pregunto cosas sobre la carrera y principalmente con el tiempo que vamos a echar en llegar hasta 1200 metros desde 600 en 4 kilómetros anticipándole que van a ser muchos minutos, pero muchos…. Muchos y que son las 12:00 de la mañana, él me mira con resignación y me anima.
Subimos, no sé como pero subimos. Bastón al pie contrario y pasos, bueno pasos por llamarlo de alguna manera. Alguna que otra parada y en un momento dado empiezo a coger algo que se puede llamar “ritmo” o “cadencia” que llevo hasta el 13. Nada más lejos, quedan 2 kms hasta el Santuario que se me van a hacer eternos. El caso es que llego, no sé como, pero llego al Acebo. Avituallamiento y son las 13:15… ¿y ahora qué? Porque faltan 10 kms, macho.
Pues a bajar, qué remedio. A ver si cojo alguna que otra sensación ya no voy a decir buena, sino mediocre. Qué pifia de carrera estoy haciendo. Ya sé que en esto del trail, el desempeño deportivo y los tiempos no se mira, pero siempre queda en mi época de “deportista” un resquicio para fijarme en estos detalles… Voy a llegar con el cierre, último, con un tiempo que va a superar con creces las 4 horas y que es muy superior a los de ediciones anteriores.
Empezamos a bajar y se me nubla la mente, las piernas no van y me come la cabeza el tiempo. El cierre va cantando los lugares que atravesamos y recogiendo las cintas. De verdad, jamás me imaginé una situación así. En 2014 casi me muero en La Mudrera y llegué 3º por la cola y aquí es que voy jodidísimo.
A eso del 18 más o menos, 19 voy cogiendo algo de ritmo y me pongo a “correr”… ya son cerca de las 2 de la tarde y no me queda agua. Voy roto, literalmente roto. No puedo correr más de 200 metros seguidos y ya me paro hasta bajando. Yo no sé realmente lo que me está llevando a la meta porque ni siento ni padezco.
Sobre el 21 más o menos pasamos lo peor del recorrido y entramos en el Paseo del Vino, los últimos 3 kilómetros de la carrera es donde alcanzo a Yoli. Es su primer Trail gordo y hemos estado en contacto para prepararlo e intercambiar impresiones. Vamos a hacer ese último tramo juntos y que el chip diga lo que tenga que decir. Uno será último y el otro penúltimo… es lo que hay. Vamos guardando algo de fuerzas para el final así que arribamos a Cangas.
Un puente y la cuesta “Arrastraculos” nos espera. Es el final. Se acaba esta agonía a las 14:30 de la tarde del domingo 8 de noviembre. Una agonía que finalizó por haberle echado un par de huevos y por no rendirme, por no rendirme jamás porque todos los entrenadores que tuve a lo largo de mis innumerables deportes me enseñaron a eso.
Quiero reseñar un hecho que fue un soplo de buen rollo y compañerismo que no olvidaré. A la entrada en meta, estaba Martín A. Espinar estirando. Un tío que está ganándolo todo, que sale casi a victoria por semana me da la mano y me da la enhorabuena. El más rápido felicitando al más lento. Esto es lo que tienen las carreras de montaña. ¡¡Qué grande eres Espinar!!
Nacho ha entrado por la mitad del pelotón con unas sensaciones que tampoco han sido excesivamente buenas y ha sufrido de lo lindo. Enhorabuena.
Y aquí finaliza esta historia de superación que llevamos a cabo en Cangas del Narcea. De camino a Gijón se van disipando algunas dudas y voy adquiriendo constancia de lo que he hecho. Paro a estirar las piernas y en mi móvil no hay más que mensajes de enhorabuena, especial el de Nico de las Heras, un viejo amigo que pasados los 50 tacos tiene maratones y Ultra Trails a sus espaldas, compañeros de equipo, de curro y familiares. Si al acabar Balmori dije que cualquiera lo puede hacer, quizás esta prueba no todo el mundo estaría capacitado para acabar, no en vano hubo algún que otro abandono más la gente que, lejos de lo que es la mera competición, optó por la carrera corta.
Puede que sea verdad, ha merecido la pena. Go!
ÉXITO DE PÚBLICO y PARTICIPACIÓN EN EL III TRAIL TIERRAS PÉSICAS.
3ª edición de este certamen que contó con un Training Camp en la tarde del sábado como valor añadido a la competición y que tuvo una buena afluencia de público, especialmente con la proyección del documental “A corazón abierto”.
Se celebró esta prueba que contó con dos carreras, una “corta” de 9,7 Kms en forma de V invertida que fue ganada brillantemente por Martín Álvarez Espinar del Piloña Deporte con un registro estratosférico de poco más de 41 minutos sacando casi 4 segundos al local del Mueve-t, Rubén Álvarez mientras que en féminas, la corredora del Team Taxus Lorena Aumente se llevaba el triunfo con 1:03:50.
El Trail propiamente dicho constaba de 25 Kms con un desnivel acumulado cercano a los 2700 metros. Especialmente reseñable la subida al Santuario del Acebo y la bajada técnica por el bosque de castaños a la que hay que unir los 9 primeros kilómetros de la carrera corta. Un brillante Vitorín Fernández del Land le sacaba en meta más de 6 minutos al ganador del Trail Villa de Gijón de este año, Borja Navia de la A.D. Moal. En categoría femenina Rosa Ana Álvarez Fidalgo se hizo con la victoria en la línea de meta.
Con la comida de confraternización y la entrega de premios finalizó esta carrera que busca hacerse un hueco entre los trails reconocidos de la región y que sale adelante gracias a la labor encomiable de Daniel Cuervo, auténtico artífice de su celebración.
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Texto: Toni Berges
Fotos: © Marisol Azcárate y Luis Ardura
Video de la Llegada de Nuestro Equipo en la Behobia/SS 2015
A continuación os dejamos el enlace al video de la Llegada de los "Xixón Runners"en la Behobia/SS 2015.
Video Llegada Xixón Runners Behobia/SS 2015
Salimos Juntos... Llegamos Juntos!!!
Un Equipo... Una Familia!!!
Carrera Coto-Musel 2015
El lunes día 2 tenía lugar en La Pola de Llaviana todo un clásico del calendario trail corto asturiano y que reunió a algo más de 300 participantes. 12 kilómetros y algo de propina con un desnivel real de 1.100 metros acumulado aunque la organización del G.M. Peña Mea ofreciera en el cartel 600 metros más pero que los dispositivos GPS no detectaron.
Para allá se dirigieron 2 componentes del equipo más Alejandro Campomanes inmerso dentro de una iniciativa del Linares Gym y de la que hablaremos posteriormente. Samuel y quien escribe señalamos esta prueba en el calendario para preparar los eventos del fin de semana, en su caso de la Behobia-San Sebastián y en el mío del III Trail Tierras Pésicas.
Con tiempo más que de sobra partía la expedición en la que nos acompañarían Charly y Eva para hacer algo más numerosa la comitiva y de paso hacer más llevadero el viaje y la carrera. Dorsales, café previo y saludos varios a corredores ya habituales en estas carreras.
La carrera Coto-Musel discurre la mitad por terreno de asfalto-hormigón y la otra mitad por terreno forestal. Un comienzo llano da paso a una W invertida con final en 2 kilómetros llanos. Especial incidencia en las subidas especialmente dura la 2ª con una bajada posterior algo más problemática pero llevadera. Avituallamiento pasado el kilómetro 4,5 y vistas a Llaviana y demás pueblos del concejo. En general no es especialmente dura y sirve para cerrar la temporada en algunos casos que toman el año como temporada natural o para algunos a iniciarse en el mundillo del Trail.
La labor de los integrantes del equipo fue dispar. En el caso de Samuel pudo cumplir su objetivo y rondar el tiempo que se había planteado además de no ver su tobillo especialmente dañado como había ocurrido el día que fuimos a reconocer el terreno unos días antes. 1 hora y cuarto abundante para el “Gurriato” que pretendía rondar la 1:15 – 1:20 y lo consiguió. En mi caso no se puede decir que haya sido un buen día. Me lo había planteado para entrenar y que las cuestas arriba no fueran excesivamente costosas a la vez que el tiempo fuera lo de menos. Hacia arriba quizás fue más lento de lo planeado y para abajo muy bien. Lo único reseñable de la prueba en lo particular fue que terminé con la sensación de que si vinieran 10 kms. más no hubiera pasado nada.
Martín Álvarez Espinar del Piloña demostró su gran estado de forma al llevarse la prueba con un ritmo inferior a los 4 min por km seguido por Francisco López de Dios. La femenina fue para la llavianesa María Pérez del Estadio Gijón compitiendo por la Universidad de Oviedo.
Paralelamente a la prueba y por iniciativa del Linares Gym se celebró una actividad solidaria consistente en trasladar una rueda de cross-fit en la totalidad del recorrido de la carrera volteando la misma. El número de vueltas se podía adquirir y la totalidad de lo recaudado iría a la Lucha contra el cáncer unido a la venta de camisetas con el lema “NUNCA NO PUEDO”. Labor encomiable de los 15 participantes del gimnasio que consiguieron completar el recorrido completo de la carrera en poco mas de siete horas apoyados por el siempre solidario Héctor Moro y entrando en meta pocos minutos antes del primer clasificado.
Una nueva prueba con representación de corredores del club en una gran mañana de trail en la cuenca minera y con ganas de repetir para el año que viene.
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br> Texto: Toni Berges
Fotos: © Pedro Pablo Heres, Adrián Fernánez gonzález & Correr Asturias
Para allá se dirigieron 2 componentes del equipo más Alejandro Campomanes inmerso dentro de una iniciativa del Linares Gym y de la que hablaremos posteriormente. Samuel y quien escribe señalamos esta prueba en el calendario para preparar los eventos del fin de semana, en su caso de la Behobia-San Sebastián y en el mío del III Trail Tierras Pésicas.
Con tiempo más que de sobra partía la expedición en la que nos acompañarían Charly y Eva para hacer algo más numerosa la comitiva y de paso hacer más llevadero el viaje y la carrera. Dorsales, café previo y saludos varios a corredores ya habituales en estas carreras.
La carrera Coto-Musel discurre la mitad por terreno de asfalto-hormigón y la otra mitad por terreno forestal. Un comienzo llano da paso a una W invertida con final en 2 kilómetros llanos. Especial incidencia en las subidas especialmente dura la 2ª con una bajada posterior algo más problemática pero llevadera. Avituallamiento pasado el kilómetro 4,5 y vistas a Llaviana y demás pueblos del concejo. En general no es especialmente dura y sirve para cerrar la temporada en algunos casos que toman el año como temporada natural o para algunos a iniciarse en el mundillo del Trail.
La labor de los integrantes del equipo fue dispar. En el caso de Samuel pudo cumplir su objetivo y rondar el tiempo que se había planteado además de no ver su tobillo especialmente dañado como había ocurrido el día que fuimos a reconocer el terreno unos días antes. 1 hora y cuarto abundante para el “Gurriato” que pretendía rondar la 1:15 – 1:20 y lo consiguió. En mi caso no se puede decir que haya sido un buen día. Me lo había planteado para entrenar y que las cuestas arriba no fueran excesivamente costosas a la vez que el tiempo fuera lo de menos. Hacia arriba quizás fue más lento de lo planeado y para abajo muy bien. Lo único reseñable de la prueba en lo particular fue que terminé con la sensación de que si vinieran 10 kms. más no hubiera pasado nada.
Martín Álvarez Espinar del Piloña demostró su gran estado de forma al llevarse la prueba con un ritmo inferior a los 4 min por km seguido por Francisco López de Dios. La femenina fue para la llavianesa María Pérez del Estadio Gijón compitiendo por la Universidad de Oviedo.
Paralelamente a la prueba y por iniciativa del Linares Gym se celebró una actividad solidaria consistente en trasladar una rueda de cross-fit en la totalidad del recorrido de la carrera volteando la misma. El número de vueltas se podía adquirir y la totalidad de lo recaudado iría a la Lucha contra el cáncer unido a la venta de camisetas con el lema “NUNCA NO PUEDO”. Labor encomiable de los 15 participantes del gimnasio que consiguieron completar el recorrido completo de la carrera en poco mas de siete horas apoyados por el siempre solidario Héctor Moro y entrando en meta pocos minutos antes del primer clasificado.
Una nueva prueba con representación de corredores del club en una gran mañana de trail en la cuenca minera y con ganas de repetir para el año que viene.
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br> Texto: Toni Berges
Fotos: © Pedro Pablo Heres, Adrián Fernánez gonzález & Correr Asturias
